F&deO, una galería de arte en femenino

Encuentro con F&deO

Ubicada en el barrio de Salamanca, la galería F&deO ha sido montada recientemente con el objetivo de visibilizar la sensibilidad femenina en el mundo del arte.

El propósito de la galería F&deO es perceptible apenas se entra en el lugar. El tejido oscuro de las paredes absorbe el sonido, los cuadros descansan la vista y la acogida de la gerente, Ana Araujo, es cálida sin ser exagerada. De este espacio íntimo emerge, sin duda, una auténtica delicadeza. 

Al exponer únicamente obras de mujeres artistas, la propuesta de la galería F&deO aspira a darles voz, en un contexto en el que su visibilidad es menor que la de sus homólogos masculinos. Ana Araujo señala que la obra de las mujeres no sólo se expone menos, sino que también se vende menos. «La obra de arte más cara de un artista masculino vale 90 millones. ¿Tienes idea de lo que vale la obra de arte más cara realizada por una mujer? 9 millones, es decir, 10 veces menos. Están poco representadas, por eso sólo acogemos obras de mujeres artistas«, explica con una expresión que refleja su determinación.  

Junto al problema medible de la infrarrepresentación de las obras de mujeres en las artes, que se dirige hacia una mayor igualdad, surge una cuestión mucho más compleja: el predominio de un modo de expresión artística masculino en la elección de los temas y los formatos utilizados en la producción de obras de arte. 

Poder trabajar con la sensibilidad que uno quiere es un lujo

La directora de la galería F&deO da poca importancia a las cifras, pues, en su opinión, aunque se consiga la llamada igualdad dentro de treinta años, si la mitad de las obras expuestas son de mujeres pero no desprenden ninguna sensibilidad femenina, no tiene sentido. 

De hecho, hay muchas mujeres artistas cuyo lenguaje es masculino, ¡y viceversa! Además, como señala Ana Araujo, «se puede organizar una exposición sobre lo femenino y mostrar sólo obras de hombres«.

Esto se debe, entre otros factores, a un proceso de aprendizaje estandarizado. «Tuve alumnos con ideas muy delicadas en el primer año y en el tercero estaban todos masculinizados. La cultura del espectáculo vende más«. Esta autocensura es a menudo consciente y se basa en cuestiones económicas. «Si algunos quieren trabajar con otra sensibilidad, necesitan dinero para adaptarse«, explica la directora de la galería. Según Ana Araujo, poder trabajar con la sensibilidad que uno quiere es un lujo.

Esta connotación femenina, según Ana Araujo, ha sido empleada en la historia para calificar comportamientos considerados inferiores. Simboliza la candidez, la vulnerabilidad, pero también lo sensual y lo placentero. “El problema«, señala, «es que todo lo que ha heredado una etiqueta no masculina se devalúa. La práctica del bordado, por ejemplo, un arte con una connotación más femenina, sigue estando devaluada en comparación con la pintura. Lo que quiero es recuperar la importancia de esta sensibilidad femenina que consiste en un planteamiento más sostenible y contemplativo que no pretende ser espectacular.«

Tenemos un amplio espectro de sensibilidad […] pero no utilizamos todo nuestro potencial

Según Ana Araujo, vivimos en un mundo en el que tenemos un amplio espectro de sensibilidad, desde la más delicada hasta la más agresiva. Excepto, dice, que no utilizamos todo nuestro potencial. “La sociedad pone límites invisibles«, suspira. “No podemos expresarnos plenamente, tenemos que aprender a abrir el espectro porque no sólo afecta al mundo del arte«.

Ana Araujo continúa su explicación con entusiasmo, aclarando la profunda ambición de la galería. «Nuestros gustos, nuestros juicios y nuestra sensibilidad están amordazados. Nos movemos en un mundo con un espectro estrecho, especialmente en el lado femenino. Es hora de ampliarla, esa es la auténtica vocación de la galería y así lograremos la plena igualdad«, afirma.

Ampliar nuestra forma de sentir, crear y razonar

Si la galería quiere dar a las mujeres artistas la oportunidad de presentar su obra, su objetivo es sobre todo cuestionar los paradigmas establecidos desde hace siglos para ampliar nuestra forma de sentir, crear y razonar.

Ana Araujo lleva más de 20 años investigando lo femenino, hoy día a través de su galería pero ha luchado también como profesora de diseño, arquitecta y como autora.

Para crear este deseo de actuar y sentirse con una sensibilidad femenina, Ana Araujo no confía en una fórmula mágica. «El cambio será difuso y no vendrá de las élites», dice. Para influir en las mentalidades, da vida a su galería mediante exposiciones y conferencias y desea también exponer en espacios públicos como hospitales, restaurantes, bancos y hoteles. 

Como dice Ana Araujo, «el arte no es subjetivo, el arte es preciso«. Por lo tanto, es esencial definir con mayor precisión los conceptos comentados en este artículo. Para identificar y resolver un problema, primero hay que nombrarlo. Tal vez sea conveniente utilizar otros términos que los que se usan actualmente y que provienen de una historia dominada por el patriarcado. Esta visión binaria que distingue las sensibilidades femeninas y masculinas parece obsoleta y al utilizar estos términos, se corre el riesgo de perpetuar los prejuicios de género. Así que, ¿No podríamos utilizar otros términos sin arriesgarnos a la amalgama? 

¿Hablando de la sensibilidad espectacular frente a la contemplativa, por ejemplo?Una mejor conceptualización del problema facilita la concienciación colectiva porque «la gente no puede querer algo que no conoce«, concluye la responsable de la galería F&deO.

Artículo escrito por Marion

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